La polémica está servida con las series interactivas y aunque somos conscientes de todos sus contras, también creemos que, como todo lo que pone al consumidor en el centro, es una tendencia que no se puede perder de vista. Repasamos algunos ejemplos de series diferentes en las que la clave es la interactividad con la audiencia.
Como toda gran tendencia, las series interactivas ya tienen sus detractores. Existen voces de expertos que opinan que este tipo de series no se adaptan a lo que quiere la audiencia: un producto acabado y que no obligue a pensar o a tomar decisiones. O incluso, y en esto no les falta algo de razón, que el hecho de tener que crear varios finales lo más probable es que reste calidad al producto en su conjunto.
Obviamente, no es oro todo lo que reluce y está claro que pueden suponer un enorme esfuerzo. La multiplicidad de las tramas hace que se incrementen las tareas: el trabajo de rodaje, de guión, de postproducción y, por supuesto, los costes. ¿Pero quién dijo que innovar fuera fácil?
Parece que hay empresas, como las que ya tratamos en nuestro primer post sobre series interactivas, que opinan que las series interactivas merecen la pena. Pero no han sido las únicas en sumarse a este carro de la interactividad — término, por cierto, que ha demostrado ser especialmente amplio—.
Como ejemplo, la serie por la que Matt Damon y Ben Affleck llevan luchando algunos años y que parece que por fin va a salir adelante: The runner. Esta serie estará protagonizada por un “corredor” que deberá recorrer Estados Unidos durante 30 días realizando pruebas para ganar un millón de dólares.
El elemento interactivo consistirá en que la audiencia tendrá la posibilidad de “cazar” al protagonista a través de una aplicación móvil y optar al premio. Tanto si nos gusta como si no, la arriesgada producción de estas dos grandes estrellas de Hollywood es una suma perfecta de reality, ficción e interactividad móvil.
Y hablando de celebridades, parece que ya tenemos detalles de cómo será la aventura interactiva de HBO con el oscarizado Steven Soderbergh y Sharon Stone: Mosaic.
La diferencia fundamental entre esta y las que ya hemos comentado, es que, en lugar de optar por crear diferentes tramas argumentales, la libertad del espectador consistirá en elegir cómo navegar entre los diferentes tramos de la serie. Dicho de otro modo, si los anteriores ejemplos eran la versión audiovisual de “elige tu propia aventura”, Mosaic sería la de Rayuela de Cortázar.
Pero si no estáis dispuestos a asumir los riesgos y costes que pueden suponer los ejemplos anteriores, podéis optar por el modelo de Amazon Studios. La división productora de Amazon.com utiliza la interactividad, precisamente, para reducir los riesgos.
Así, han creado una cadena de producción en la que los creadores de series o películas envían sus propuestas a una web en la que los internautas pueden valorarlas y, partiendo de esta valoración, Amazon decide si apostar por ellas o no. Y no parece que les vaya mal, un ejemplo de esto es la premiada Transparent:
Porque es cierto, las series interactivas eliminan las estructuras narrativas, pero, como no nos cansamos de repetir, este siglo es para los valientes y el inicio-nudo-desenlace no deberían ser una imposición.
En MediaBank apostamos por la libertad y por democratizar el sector, así que, recuperando nuestra pregunta del principio…. Series interactivas, sin duda, a favor.
Así que, si tenéis los derechos de alguna serie, interactiva o no, que queráis comercializar, subidla ya a nuestra plataforma y la llevamos a MIPCOM. ¡Solo quedan 10 días!